Intento por todos los medios que mi hija no le coja a la escuela la misma fobia que le cogí yo. Solo cuento con dos recursos, (ninguno de ellos aprendidos en el colegio, por supuesto); el humor y la diversión. Si por mí fuera, mi hija iría a la escuela dos días a la semana; los sábados y los domingos. Continuar leyendo