Se dice que dos no pelean si uno no quiere. También debería decirse que dos no hacen el amor si uno no puede, concretamente él. De modo que si él puede, la lectura que hace ella es que puede porque la desea, y aquí comienza la construcción del apego; te quiero porque me deseas, me deseas porque te gusto, te gusto porque te atraigo, te atraigo porque me ves bella, me ves bellas porque me valoras, me valoras porque me quieres y me querrás eternamente. ¡Eres el hombre de mi vida!
En ellos, como no podía ser de otra manera, todo es más…..simple; ¡Que buena está la tía!