Estar presente.
A tu hijo/a no le importa tu cargo en la empresa, ni tu profesión, ni
si has tenido que sacrificarte mucho para llegar a dónde has llegado, o te deslomas cada día porque no has triunfado en nada y tienes que trabajar como un esclavo. Nada de eso cuenta a la hora de ser un buen padre.Lo que importa es que estés presente todos los días en los momentos importantes. Tu hij@ no recordará casi ningún regalo, te recordará a ti en “aquel momento” y “aquel lugar” en el que él o ella hicieron algo nuevo y tú estabas dando tu aliento.
Salvo que seas un astronauta y estés en la luna, no te pierdas a tu hijo cuando esté a punto de obtener algo importante en su vida.
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