En un lugar peor

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   En un lugar peor

   Imaginaos que estáis sentados en la platea de un teatro a la espera de que comience la función. En un momento alguien se os acerca y os dice:

–  Perdone ¿Le importaría cambiarme su lugar por el mío? Desde donde yo estoy no se ve muy bien, 

 Una de las cosas que con más justicia recriminan las mujeres a los hombres es la casi nula capacidad que tienen para ponerse en el lugar de ellas. Pero ¿por qué alguien que está perfectamente cómodo en su sitio querría mudarse a otro perfectamente incómodo? La razón que esgrimen los hombres para no ponerse en lugar de las mujeres es que desde ahí ¡todo se ve peor!  Desde siempre, el hombre ha querido procurarse el mejor sitio posible, para no tener que quejarse. Y no ha tenido que hacer uso de ninguna otra cosa más que de la fuerza bruta. Los que están mejor ubicados han conseguido su lugar a palos y no quieren moverse, de ahí que a  veces los tengas que mover a palos también. De eso fue la Revolución Francesa, y todas las conquistas sociales; de gente que no quería ponerse en lugar de los que estaban muy mal ubicados.
   Por otro lado, hay muchas personas  que intentan ponerse en lugar de otros, pero a veces, esos otros eligen sitios insoportables dónde no quiere estar ni Dios.
   Resulta muy difícil para alguien que se siente cómodo dónde está, que se vaya, aunque sea por un ratito a otro sirio peor, sin embargo, si tenemos la actitud adecuada es posible que el otro ceda.

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