Con una ceja alzada

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Con una ceja alzada (poema)

Cuando cure este dolor que me ha dejado hueco,
mi voz que solo el viento oye te nombrará otra vez,
y tu corazón se dará la vuelta sorprendido,
porque me reconocerá en esa esquina indiscutible
dónde el amor del alma no muere ni se rinde jamás.

Cuando se curen mis ojos de haberte visto tan triste,
montaré un escenario en medio de tu pecho
y  representaré estas comedias que escribí para que te rías de mí;
“Están lloviendo gordas en la costa”.
“Te quiero con una ceja alzada”
“Cary Grant y Paul Newman me jodieron la vida”.

Cuando  cure mi voz a ti debida;
tal vez puedas oírme a los ojos
apoyando tus manos tranquilas en mi pecho.
Y yo pueda decirte:
                                  No tengo que quererte porque siempre te quise,                                  compañera de sueños, compañera.
                                 Es que no puedo olvidar que te quise
                                 de una manera que no tiene final

Cuando cure esta artrosis de abrazos relegados,
con  esa fuerza que solo nos dan “esos” errores
voy a romper la estatua dónde te has recluido,
y saldrás jubilosa de esa piedra, y yo del hueco que tú dejes.
Y nos abrazaremos la carne y la memoria,
por toda la eternidad pasada y la que nos quede.
Aunque amemos a otro. Aunque otro nos ame.

Un millón de calles  nos están esperando;
Londres, Praga, Viena, Granada, Budapest.
¡Hay que ir a beber con los juerguistas de Edimburgo!
¡Hay que volver a Italia con otra pasajera!
¡Caminar de la mano, esta vez tres por todas partes!
¡Y reír, reír, reír, por todo!
¡Y no volver a sufrir nunca jamás!

 

 

 

 

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